El aficionado sevillista es muy exigente, y no está acostumbrado a este tipo de planificaciones, en la que se vende todo lo vendible y no se invierte nada en fichajes.
Lukebakio y Badé se han marchado, el primero al Benfica y el segundo al Bayer Leverkusen, recibiendo el club hispalense aproximadamente unos 50 millones de euros más variables.
En el caso del belga, se ha tenido que vender a última hora y mal, ya que los nervionenses necesitaban espacio en el límite salarial, y tampoco tenían fichas para inscribir jugadores. La operación se ha cerrado en unos 20 millones de euros fijos más pluses, mientras que Badé deja una cifra que ronda los 30.
El Sevilla tuvo la oportunidad de sacar muchísimo más dinero en el mercado de enero, si estos dos jugadores hubieran aceptado las respectivas ofertas que tenían.
Dodi recibió una ofertón de Arabia Saudí, por el que el Sevilla había aceptado los 45 millones de su cláusula, pero él tenía claro que en el caso de irse, sólo sería a un equipo que jugara competición europea y que estuviera en el viejo continente.
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El Bournemouth presentó 40 kilos por Badé, pero el futbolista tenía dudas de marcharse a la Premier, sobre todo por la mala experiencia que tuvo en el Nottingham Forest. Finalmente ha sido vendido por 10 millones menos, a un equipo de Champions que le aseguraba minutos.
