La historia viene de lejos, de cuando Monchi era el director del Sevilla. Hace ahora justamente un año, los técnicos nervionenses, club que se regodea (con razón) de tener controlado el fútbol portugués, trataron de fichar a Gonçalo Guedes. Pero el Benfica avisó a Monchi que el PSG de Unai Emery había puesto sobre la mesa una oferta irrechazable: 30 millones de euros. El Sevilla, obviamente, desistió. Este verano, ante las pocas posibilidades en el PSG, sus representantes llamaron a las puertas de Nervión y se encontraron con una sorpresa. Óscar Arias habló con los Mendes y les dijo que no, que al Sevilla ya no le interesaba el atacante luso, pues ya había puesto toda la carne en el asador en Nolito, que estaba a punto de cerrar esa operación.
