Se acabó. No hay que darle más vueltas. El mensaje de Pablo Machín a sus jugadores suele ser el mismo tras cada partido. No esboza una sonrisa de oreja a oreja cuando encadena tres triunfos solventes ante Levante, Real Madrid y Eibar, y tampoco se le ve apesadumbrado cuando cae derrotado en la Liga Europa ante el Krasnodar. Quizás no sea técnico de grandes titulares en prensa, pero sí tiene claro que el camino se contruye andando y que mirar hacia atrás sirve para poco. La derrota en Krasnodar no debe hacer saltar alarmas en un Sevilla al que parece que un duelo perdido le sume e n un mar de dudas. Nada más lejos de la realidad. Si el once sevillista ha sido capaz de encadenar goleadas en sus tres últimas citas ligueras es porque sabe bien lo que busca y cómo hacerlo. Hoy, en su casa y ante el Celta, buscará continuar hacer efectivo ese arsenal que ha dejado ver con la pareja André Silva-Ben Yedder como punta de lanza.
