Desde que acabó el ominoso partido en Moscú, hace un par de semanas, los sevillistas anhelaban que llegara el día de la revancha. Por ese doloroso 5-1 y, sobre todo, porque el Spartak, desde esa negrísima noche moscovita, se convirtió en acreditado opositor a una de las dos plazas para los octavos de final de esta Champions. Tanto es así, que los rusos le enseñan hoy la matrícula al Sevilla. Atesoran 5 puntos por 4 del anfitrión, lo que obliga a éste a salir vencedor como sea de la contienda de esta noche para depender de sí mismo en las dos jornadas que le quedarían ya en esta fase de grupos.
