El modelo de Berizzo apenas puede decirse que continúe lo dejado por Sampaoli y Lillo (en quien amparó el argentino su concepción del narcisismo como modelo de ataque). Hay lugares comunes, hay situaciones similares, pocas, la verdad, pero hay más aspectos diferenciadores que conexiones a la hora de comparar ambos modelos. Ha interesado, claramente, vender la bandera del ataque, de estar más tiempo en campo ajeno que en el propio, pero para empezar cambian las maneras en las que se inicia esa búsqueda.
Ver Noticia[ad id=»88331″]