El jugador rojiblanco es todo un luchador: «Me gusta ganar siempre, cuando no lo hacemos siempre estoy cabizbajo y triste. Seguiré ligado al fútbol. Para mí lo es todo. A mi mujer no le gusta el fútbol y la tengo loca. Yo me paso todo el día viendo partidos», deslizó entre risas. Por último dejó claro el poder de la afición de Nervión: «Jugamos once y con la afición son 12. Crecemos mucho cuando el estadio está lleno».
