Lo que a veces parece incapacidad puede ser estudiado en el fútbol. Y detrás de un cambio como el de Coke por Pareja, que parece una improvisación, hay un trabajo durante la semana. Nada, o pocas cosas, son casualidad en el fútbol. El Sevilla dibujó un partido a escaso ritmo en la primera mitad, un partido que llegó a exasperar a esos descontentos que discuten la labor de un entrenador que está logrando unos números históricos por no dar espectáculo desde el minuto uno de cada partido hasta el noventa y tantos.
El equipo de Emery esperó su momento ante un rival que iba a apretar y diseñó un plan parecido al del partido de Vallecas, un muermo de toque y trote hasta el momento deseado, el instante en el que las fuerzas del rival se iban a resentir. Ahí, aunque antes ya había aparecido, Reyes tiró, una vez más, del carro erigiéndose en el mejor futbolista del partido y acompañó a una pareja de medios centro que tuvo el empuje necesario cuando apareció Coke y Carriço volvió a la defensa.