Papu Gómez es noticia, ya que el futbolista argentino ha terminado su sanción de dos años por dopaje. Recordemos que se tomó un jarabe para la tos de su hijo, y en un control antidoping dio positivo.
El argentino está actualmente en el Pádova, equipo de segunda división italiana, y va a volver a jugar muy pronto. Piensa obviamente que su sanción ha sido excesiva, porque no se vio beneficiado para nada de esa sustancia que tomó por error.
Ha hablado para Orgullo de Nervión, y lejos de hablar bien del Sevilla en relación al trato que recibió en el momento en el que conoció la sanción el equipo hispalense, ha rajado del club de Monchi:
Malos momentos: «Sí, me echaron una mano durante algunos meses. Verás, en realidad lo más duro fue el primer año. Entrenaba solo, y tenía que hacer las veces de preparador físico y mental coach. Me alejé del fútbol y comencé a jugar al pádel, que de alguna manera me ayudó también».
«Tenía mucho tiempo libre, y no quería pensar demasiado. Al final, sí, me sobrepasé también en este deporte. También te digo que es mejor hacerlo ahí que en cualquier otro ámbito. Después, de alguna manera, poco a poco comencé a acercarme a campos de fútbol. Fue progresivo. Nada fácil».
El Sevilla no le ayudó: «No me respaldó, me dejó solo. No me ayudó en nada. Estaba Monchi… Ellos comunicaron a mis abogados que no harían nada. Notificaron que esto lo tenía que resolver solo, a expensas del club. Muy decepcionado con el Sevilla, aunque también te digo que no me sorprendió».
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Trato inhumano: «Muchas veces el lado humano se deja de lado. Yo era uno de los que más ganaba en el club, uno de los veteranos. Había muchos jóvenes. Estoy seguro que aprovecharon lo del dopaje para echarme».
