Víctor Orta tenía una tarea muy difícil cuando llegó al Sevilla, sustituir al mejor director deportivo y a una leyenda de la entidad, como era a Monchi.
Su periplo en Nervión tuvo más sombras que luces, y se acabó marchando siendo una de las personas de la planta noble más odiadas por la afición.
Antonio Cordón ha hecho un trabajo mucho más sensato, contratando a futbolistas con más experiencias y dejando a un lado intentar encontrar a la joven estrella del futuro, para formar un plantel más competitivo y con más oficio.
No le costó trabajo a Víctor Orta encontrar un nuevo empleo y es que el Real Valladolid le dio la oportunidad de continuar su carrera, esta vez en Segunda División.
El equipo vallisoletano empezó bien la temporada, pero en los últimos siete partidos, sólo ha sido capaz de ganar uno y se sitúa en la zona media de la tabla de la Liga Hypermotion.
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Además, ha sido eliminado en la primera ronda de Copa del Rey, ante un equipo de Tercera Federación, el Portugalete, es decir de cuatro categorías menos que el Real Valladolid.
Un nuevo reto desbloqueado por el ex director deportivo del Sevilla, que ya está siendo muy cuestionado en Pucela.
