El Sevilla Fútbol Club de Matías Almeyda ha pasado de conseguir una goleada histórica ante el FC Barcelona, a perder dos partidos contra equipos que estaban en los puestos de descenso.
Evidentemente esto ha supuesto un varapalo para todos los aficionados, y también el propio Almeyda. En la última rueda de prensa previa al partido que se disputa esta noche en Toledo, se le vio bastante decaído.
Su comunicación elocuente, ya no lo es tanto y está perdiendo cada vez más fuerza su mensaje. Si hace algunos días era un ídolo para la afición y muy bien valorado por la prensa, ahora mismo hay muchas dudas en relación a su trabajo y al proyecto.
Da la sensación de que la forma de jugar del entrenador argentino, sólo tiene resultados si puede contar con toda su columna vertebral y con la intensidad del equipo al 200%, pero con la falta de calidad que hay en el plantel, va a ser muy complejo llevarlo a cabo.
Nos quedamos con una de las frases que dijo en la rueda de prensa, con la que todo el mundo se entusiasmó, pero ahora se ha vuelto a la cruda realidad:
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«Estamos en una posición media, por momentos nos entusiasmamos y por momentos volvemos a la realidad. Lo importante es que nosotros sabemos qué hay que mejorar y qué es lo que no tenemos que dejar de hacer».
