El Sevilla volvió a las andadas del pasado sábado en su partido frente al Mallorca, que venía como último clasificado habiendo ganado solo un partido. En apenas unos minutos, los delanteros bermellones rompieron la defensa de Matías Almeyda y el marcador.
Pero no hay que dramatizar, el equipo está dejando muchas mejores sensaciones que la temporada pasada, y ya se han sumado un buen número de puntos como para pensar que se va a meter de nuevo abajo.
Ahora hay que centrarse en el duelo del viernes frente a la Real Sociedad, un choque que se jugará también entre semana, contra un conjunto donostiarra en apuros.
LaLiga acaba de hacer oficial que el Sevilla tendrá que jugar la jornada número 13, otra vez más un lunes, será el 24 de noviembre contra el Espanyol en Cornellá.
Está siendo bastante habitual, que los sevillistas jueguen los viernes o los lunes, claramente causan un perjuicio a esas personas trabajadoras, que no pueden viajar a apoyar a su equipo fuera de casa o acudir al Ramón Sánchez-Pizjuán.
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Este sábado ha habido muchísima polémica, en relación a las altas temperaturas que han tenido que soportar los aficionados nervionenses.
Un partido que se jugó a más de 30 grados, como el día del Barça, con varios desmayos y golpes de calor entre su gente.
