Llamó mucho la atención la ausencia de aficionados del Sevilla el pasado sábado en el partido que le enfrentaba a Osasuna. Apenas media entrada, 20.000 espectadores, acudieron a ver el partido, con un Sevilla que se estaba jugando el liderato.
El mal tiempo que acompañó el encuentro, con una incesante lluvia, provocó la falta de sevillistas, acomodados desde la pandemia a ver los encuentros desde casa. La opción de mojarse durante todo el partido por la falta de una visera que les cubra o un sol de justicia como el día del Levante, hace que el aficionado se quede sin acudir.
Con el debate en todo lo alto de la reforma integral (una visera completa no es viable) o la construcción de un nuevo recinto, el club necesita dar repuesta a esos seguidores que se quedan en casa por culpa de la climatología.