La rivalidad con el Alavés del primer año en Primera motivó que la afición de El Sadar celebrara una derrota ante los vitorianos que dejó al Sevilla fuera de Europa. El Alavés, que mañana visita el Sánchez-Pizjuán como un rival directo de los sevillistas, no ha vuelto a Europa desde entonces. Dejó de ser un adversario para un club que creció y creció hasta llenar las vitrinas de plata continental. El vitoriano, de hecho, bajó a Segunda la temporada siguiente y se metió en una oscura espiral de inversiones extranjeras, con Piterman como uno de los experimentos pioneros de la que le costó años salir.
