«Me duele y me siento responsable». Esta afirmación de Pablo Machín tras el octavo tropiezo seguido de su Sevilla fuera de casa -cuatro derrotas y cuatro empates en los últimos cuatro meses- resume a la perfección el sentir dentro de una hinchada que no comprende cómo se pasa de aplastar al Levante hace una semana a jugar uno de los peores partidos del curso seis días después, con la goleada en el Camp Nou de por medio.
