Tres puntos que sostienen a los de Nervión en lo más alto de la tabla, tuteando al Barcelona, y una propuesta futbolística que convence en casi todos los rincones del Ramón Sánchez-Pizjuán. Precisamente ese fue el gran mal del técnico que comenzó el anterior curso en el banquillo nervionense, Eduardo Berizzo. A estas alturas del campeonato, su Sevilla era quinto y firmaba los mismos puntos, 19, que el de Machín, con las mismas seis victorias, una igualada y tres derrotas. Pero a aquel equipo nunca le abandonó la sensación de estar poco trabajado y de no calar en muchos de sus futbolistas el mensaje del preparador argentino. Justo todo lo contrario de lo que está ocurriendo en este primer tramo de la 2018-19.
