El Sevilla de Pablo Machín vuelve a la Liga sólo tres días después de perder en Rusia una parte importante de ese aura de ganador imparable que había adquirido en torno a un once muy definido que, lógicamente, no podía soportar todos los esfuerzos. Ese once se lo guardó el soriano en Krasnodar para ponerlo hoy sobre el tapete y dar un golpe fuerte en LaLiga, competición en la que un nuevo triunfo sobre el Celta colocaría a los nervionenses en una situación casi divina en todo lo alto de la tabla codo con codo con los grandes ante el segundo parón por los partidos internacionales de las selecciones.
