Según la normativa, autorizada por el CSD el pasado verano, está terminantemente prohibida la exposición en los videomarcadores de cualquier tipo de imágenes polémicas. Las directrices de la FIFA y la UEFA permiten que se repitan jugadas, salvo aquellas que “puedan tener impacto en el transcurso del juego, las que se consideren controvertidas o que puedan incitar a altercados de orden público; o aquellas que perjudiquen la imagen o dignidad de árbitros, jugadores u otro participante en el terreno de juego”. Así las cosas, el Sevilla se enfrenta a una posible multa de 6.000 euros, además de la imposibilidad de utilizar los videomarcadores en un encuentro.
