En Vallecas el Sevilla arrancó como un rayo, cierto es que ayudado por una muy circunstancial alineación de los locales que abrió una autopista de tres carriles para Roque Mesa, Banega y Franco Vázquez. Será difícil, quizás improbable, que los sevillistas litiguen en esta Liga con una media integrada por el central reconvertido Jordi Amat y el centrocampista ofensivo Medrán. Aquel 1-4 disparó las expectativas sobre el proyecto embrionario de Pablo Machín. Pero en cuanto se han elevado las exigencias con Villarreal, Betis y Getafe, se ha originado un pequeño incendio. Está en el entrenador soriano sofocarlo.
