La inteligencia sí puede con las piernas

Decía Vincenzo Montella, al tiempo que exprimía al Sevilla, que la cabeza movía las piernas, que no le preocupaba el cansancio físico. Pero, entre frase y frase, entre decisión errónea y falta de reparto de esfuerzos e implicación de jugadores, fue echando plomo en las piernas… y en la cabeza. Joaquín Caparrós, en cambio, parece que ha dado con la tecla. ¿Cómo? Usando la cabeza, pero usándola bien, de verdad. De momento, realizando rotaciones, pero ordenadas, con criterio. Y convenciendo al grupo de que es un equipo. Ordenándolo en el campo, dándole listeza, más que fiereza: para ser fiero hay que tener frescura y no la tiene.

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