El estilo de Machín es el de un equipo incisivo en ataque, que aprovecha la velocidad en las transiciones de sus piezas ofensivas, pero el Sevilla exhibe también un orden espartano en defensa. Hay solidaridad en el repliegue y las líneas se juntan con vigor para proteger a los centrales. En ese dibujo, la posesión tiene un papel relevante, pero no decisivo. Machín siempre transmite a sus hombres que mientras tengan el balón no van a sufrir, pero que es igual de importante robarle la pelota al adversario y sorprenderle rápido. El Sevilla, primer clasificado de LaLiga española tras ocho jornadas disputadas, es el único líder de las cinco grandes ligas europeas que no gobierna la posesión en el cómputo global de sus partidos. Promedia un 48,7%. Ello da una idea de la elevada efectividad y pragmatismo del juego sevillista.
