Una siesta interrumpida, 150 millones, siete clavos y un Rey

Cuando preguntas quién era Montero a los veteranos de Nervión todos hilan dos cosas en los primeros compases de sus intervenciones: un talento a espuertas y una mala suerte a lamentar por los siglos de los siglos. El infortunio tiene nombre y fecha: el jugador brasileño Polozi y el verano de 1981.

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