El tercer anillo y la cubierta: Un proyecto lento y costoso

El porqué es sencillo, no quieren dejar de disputar ningún partido en el Sánchez-Pizjuán mientras se ejecuta la misma. Y es que existen vías más rápidas de cumplir con este deseo, pero implicarían, o bien jugar muchos partidos (incluso una temporada o dos) fuera de Nervión, o bien reubicar a los abonados cuya zona estuviera siendo objeto de una intervención para la construcción de dicho anillo. Esta última opción es inviable al tener el Sevilla todo el cupo de localidades para abonados completo. Ante esta tesitura, es más fácil entender por qué José Castro hablaba de una obra de no menos de 100 millones de euros. Sobre todo si se tiene en estudio que, ya que se construye ese tercer anillo, aprovechar para instalar una cubierta para todo el graderío.

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