Qué operación tan ruinosa para las arcas nervionenses. Uno de los dos fichajes más caros de la historia del Sevilla se ha devaluado en un año a una velocidad de vértigo. No queda nada de los 21,5 millones que se han pagado por el 80% de su pase. La Sampdoria, poseedora del otro 20, se plantea repatriarlo como cedido. Quizás para ver si aumentan sus ganancias en una hipotética venta. Puede que en un contexto diferente recuperase su juego, o más bien que allí sabían que no se trataba de un goleador, sino un acompañante al punta partiendo desde la izquierda. El Sevilla lo contrató y quiso reconvertirlo en lo que no es. No es goleador ni lo será nunca. De hecho, he visto pocos presumibles ‘9’ que huyan del gol como Muriel, como si le molestase el simple hecho de verse cara a cara con el portero.
