De Mónaco a Madrid: ansias de revancha

El Sevilla se ha acostumbrado a jugar finales con el Barcelona. Ésa es la grandeza que ha alcanzado en las primeras décadas del siglo XXI. La de 2018, este sábado de Feria, será la sexta que jueguen blancos y azulgranas, que se han visto las caras en las finales de la Copa del Rey, la Supercopa de España y la Supercopa de Europa. Ésta última, la primera y más lejana en el tiempo, es el único éxito que atesora el Sevilla. Fue el 25 de agosto de 2006, en Mónaco, donde el equipo de Juande Ramos, contra todo pronóstico, tumbó al coloso catalán, un equipo que lideraba Ronaldinho en plenitud, en el que aún jugaba Eto’o y en el que Messi ya daba sus primeros apuntes, junto a Xavi e Iniesta.

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