Gente como Sarabia y Franco Vázquez estaban pidiendo el banquillo a gritos. Igual que era un secreto a voces que era necesario que saltara al césped alguien como Amadou para intentar frenar la superioridad del Real Madrid en el centro del campo. Pero no, entraron Promes y Munir por los delanteros, Ben Yedder y André Silva. Y, aunque es cierto que los dos estuvieron desaparecidos, el partido pedía otra cosa. Pero es que, si mala fue la actuación de Machín desde la dirección, tampoco es que dejara muy contenta a la afición tras pasar por la sala de prensa.
