El último partido ante el Alavés sobra a efectos clasificatorios y el club ya está trabajando, a marchas forzadas, en la planificación: darle el sitio idóneo en el club a Caparrós, reubicar a su ayudante Luci, la elección del director deportivo y, posteriormente, la del entrenador. La reestructuración de toda el área deportiva que anunció José Castro también debe implicar al Sevilla Atlético tras su descenso a Segunda B, un asunto relacionado con el primer equipo vista la importancia que Caparrós quiere darle a la cantera. Y luego será la hora de reconstruir una plantilla en la que hay exceso de fichas (Carole y Ganso ya eran excedentes desde enero), una edad media elevada y muchas incógnitas por resolver, desde la recolocación de fichajes que no han rendido hasta la resolución de opciones de compra, la rescisión de contratos de futbolistas que ya no cuentan, los refuerzos necesarios en todas las líneas y las posibles ventas millonarias de los futbolistas con más cartel. Todo eso debe hacerlo el Sevilla desde ya, con o sin Mundial. En dos meses y medio rueda el balón…
