La intrincada historia de Adam Masina

«Tengo ganas de llegar lejos, de demostrar lo que sé hacer y lo que me motiva cada día. Desde pequeño tengo una fijación: quiero dejar huella, quiero ser recordado; no quiero quedarme en el anonimato», aseguraba Masina en La Gazzetta dello Sport en octubre de 2015, cuando narró la intrincada historia que le llevó desde Khourigba (Marruecos), donde nació, hasta la selección sub 21 italiana. Su madre falleció, por peritonitis, al poco de dar a luz y su familia emigró a Bolonia, donde su hermano y él fueron abandonados por su padre, quien vivía únicamente entregado al alcohol. Adam fue a deparar a la casa de acogida Marana-thá y acabó bajo el techo de Raffaele y Teresa. Su verdadero padre y su abuela, para él.

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