La base de la rotación y el error del neófito

Eduardo Berizzo lleva a rajatabla una premisa para tener involucrado y fresco a su equipo. En el Celta, su único precedente en España, logró llegar lejos en los torneos por eliminatorias bajo esa idea innegociable, aunque su trayectoria en la Liga Europa y la Copa del Rey, alcanzando las semifinales en ambas, provocó que terminase dividiendo a su plantilla en un equipo A y otro B. El B terminó decimotercero en la Liga, a casi 20 puntos de los puestos europeos. Verse en tan altas instancias, en un debutante en la Liga Europa además, lo llevó a ese extremo de su idea. En el Sevilla, en cambio, él mismo ha asegurado, en una ingeniosa frase, que afronta «38 Ligas de un partido». Sin embargo, la realidad ha sido distinta. En la primera de esas 38 Ligas, se dejó dos puntos por mirar en exceso a la inminente cita de la Liga de Campeones, en la que también es debutante.

Ver Noticia[ad id=»88331″]

Comparte por Whatsapp esta noticia

Deja un comentario