¡Horror, un penalti a favor!

Los nervios atenazan al Sevilla, a su entrenador, a sus jugadores, a su capitán. Poco a poco ha ido viendo cómo su mullido colchón se ha ido reduciendo hasta quedarse en un cartoncito que apenas aísla de la humedad. Corren feos tiempos. El sol sólo calienta de verdad para los poderosos, mientras que la clase media aumenta pero bajando su nivel de forma dramática hasta igualarse casi con la clase baja. Como en el fútbol. Sólo hay que echar un vistazo a la Liga: por el séptimo puesto, ¡el séptimo!, luchan Sevilla, Valencia, Levante y Espanyol. Al equipo de Emery se les suben los demás a las barbas por la lógica inapelable de los números. Y Rakitic falló el tercer penalti del curso, de seis lanzados.

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