Según las informaciones publicadas, Pogba habría expuesto a Mourinho el disgusto de los jugadores sobre las tácticas utilizadas por el entrenador y también, a nivel personal, sus problemas para adaptarse a la posición en la que estaba actuando. La reunión terminó con Mourinho diciendo a Pogba que cuando saliera del despacho se fijara en el letrero que decía «entrenador» en la puerta. «Yo soy el jefe».