Ganar para evitar dolores de cabeza

Nadie quiere perder. Ni siquiera el equipo humilde que trabaja desde el anonimato en las categorías más bajas del fútbol español y que sabe que cada partido es una lucha cada vez más encarnizada. Hasta los últimos de cada clasificación del fútbol aficionado, aquellos que están acostumbrados a caer cada domingo, sufren cuando pierden. Es la ley de este deporte, tan pasional y agitado, que te advierte constantemente de que cada encuentro es una oportunidad. Para cualquiera. Por ello, cuidado. Cuidado con el amor propio de un club, el Akhisar, que vio hace apenas dos semanas cómo el Sevilla le dio un auténtico baño con seis goles en el Sánchez-Pizjuán.

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