El Consejo, entre el pánico y la lógica

Pablo Machín, realmente, peligra ya en su cargo después de una racha de resultados más que preocupante que empieza a convertir en indefendibles los argumentos del entrenador, si bien las bajas, la mala planificación y, es cierto, una buena dosis de mala suerte le darían la razón a los que opten por defender su trabajo al frente del equipo. Lo malo es que el sevillismo se posicionó de una manera clara el pasado jueves al término del encuentro. Al grito de «Pepe Castro, dimisión», señaló al palco y pidió la cabeza del presidente y cuando eso pasa los que mandan suelen sentirse muy incómodos y casi siempre buscan un osito de peluche que acapare los golpes. En principio, está decidido no mover un varal hasta que llegue el parón. Eso dice la lógica, pero de todo puede ocurrir y si hay otro mal resultado ante la Real Sociedad hay quien dice que todo está marcado.

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