El amaneramiento del (ex)líder

El Sevilla llegó al Camp Nou con la vitola de líder y Messi se la quitó de un plumazo a los dos minutos. Bueno, Messi, no. Fue Semedo el que aprovechó el amaneramiento del líder para entrar casi hasta la cocina mientras Franco Vázquez y Arana seguían mirándose en los espejos de ese coliseo tan sugerente y grandilocuente. Poco después sí fue Messi en persona, tras su asistencia a Coutinho en el 1-0, quien tumbó definitivamente al líder de la octava jornada para bajarlo a la tierra de su propia realidad histórica. Bastó otro error, otra indecisión, esta vez de Jesús Navas, para que el Barcelona rompiera los espejos del fútbol bonito y le demostrara al Sevilla que se trata de pegar más fuerte que el otro.

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