25.001 gargantas con nudo

Las finales no se juegan, se ganan. Y si no se ganan, se compiten. El sevillismo ha sabido entender cada mensaje que le ha dado cada uno de los momentos de su historia. Ayer en el Wanda Metropolitano tocó digerir una de las mayores decepciones desde que en 2006 empezó a sentirse un grande, un grande de verdad. Llegó a creérselo, y lo demostró en finales y finales, en desplazamientos masivos en los que se superaba a sí mismo.

Ver Noticia

Comparte por Whatsapp esta noticia

Deja un comentario